jueves, 23 de abril de 2015


EDUCACIÓN COMO SOCIALIZACIóN Y COMO DISCURSO PEDAGÓGICO


El  proceso  de  socialización  es  por  excelencia  el  mecanismo  de  transmisión  cultural  y  de
integración  de  la  sociedad.  Las  diversas  posiciones  teóricas  acerca  del  individuo  y  la  sociedad
acuerdan que el hombre no nace social, se hace gracias a la convivencia con otros hombres. Todo
hombre  es  el  resultado  de  una  doble  transmisión,  la  biológica,  que  forma  parte  de  la  herencia
genética,  y  la  social,  que  se  adquiere  me
diante  el  proceso  de  socialización.  Gracias  a  éste
aprendemos  la  cultura  y  al  mismo  tiempo  vamos  madurando  socialmente,  lo  cual  nos  permite
reducir  nuestra  dependencia  inicial,  incorporar  los  valores  y  las  metas  de  la  sociedad  y  llegar  a
comportarnos como ésta espera que lo hagamos.
La  sociedad,  por  su  parte,  se  vale  de  la  socialización  para  renovar  continuamente  las
condiciones que aseguran su propia supervivencia.  Por cierto, este proceso de aprendizaje social
propio del ser humano no tiene nada de mecánico, ni supone una actitud pasiva. El hombre, por su
misma  naturaleza,  siempre  aporta  lo  suyo  para  la  construcción  del  mundo  social.  Berger  y
Luckmann (1968) expresan esta relación dialéctica de manera muy clara mediante tres premisas
adoptadas  del  pensamiento  de  Marx:  la  sociedad  es  una  realidad  objetiva;  el  hombre  es  un
producto  social,  la  sociedad  es  un  producto  humano.  Esto  equivale  a  aceptar  que  la  sociedad
precede al individuo y le brinda las condiciones objetivas en el marco de las cuales él adquirirá su
identidad personal y social. Pero la existencia de la sociedad depende enteramente de la actividad
humana; ésta es la que reproduce y transforma las condiciones objetivas que las constituyen.
1. ¿Qué es la socialización?


Hay  diferentes  respuestas  a  esta  pregunta,  pero  todas  parten  de  un  acuerdo  general
básico: la socialización es el mecanismo del que se vale la sociedad para producir y reproducir, de
manera  continua,  las  condiciones  de  su  propia  existencia;  gracias  a  él  la  sociedad  "fabrica"  sus
miembros  y  se  "fabrica"  así  misma,  se  sostiene  que  la  acción  humana  es  producto  de  la
socialización y que el individuo se afirma a sí mismo a medida que se diferencia socialmente.
Al margen de los debates teóricos, nadie puede negar que la convivencia humana afecta
de manera decisiva a todo el hombre, desde sus estructuras biológicas, hasta la forma en que se
comporta, sus actitudes frente a diferentes circunstancias y hechos, su manera de ver las cosas, su
lenguaje,  sus preferencias, su modo de vestir, de hablar, etc.  “Esto es así, porque la familia tiene
una  particular  interpretación  de  la  realidad  social  y  de  la  cultura,  porque  lo  que  ve  a  diario,  se
impone sobre su conocimiento “de manera masiva, urgente e intensa”   (Berger y Luckmann, 2006,
pág. 37), o sea, lo cercano y cotidiano se transforma en la realidad para la familia y para el niño
Problemática educativa
que nace.
La  realidad  cotidiana  es  la  “referencia  primordial”  (op  cit.,  pág.  55)  en  el  aprendizaje
objetivo de la sociedad. Lo que se ve comúnmente es lo que adquiere sentido para el sujeto, por
ello es que la cotidianeidad se transforma en el referente para el conocimiento, lo demás, queda
opacado; se tiene una idea aproximada o imagen de las otras realidades, pero no es central para la
experiencia.” (Gutiérrez, 2011)
En  las  escuelas,  podemos  observar  a  diario  las  diferencias  en  las  conductas  de  niños
provenientes  de  ambientes  sociales  distintos.  Esas  experiencias  cotidianas  pueden  servir  para
hacernos  tomar  conciencia  de  la  importancia  que  tiene  el  ambiente  en  el  que  cada  uno  es
socializado. Este medio social "marca" al individuo para toda la  vida,  y lo que es más importante
aún,  condiciona  sus  posibilidades  de  acceder  a  todo  tipo  de  bienes  sociales,  la  educación  entre
ellos. Ésta, a su vez, abre las posibilidades de acceso a otro tipo de oportunidades.
La socialización es un proceso general, tiene lugar durante toda la vida y se produce en el
curso de cualquier relación social en la que participe el individuo, no importa el contexto de que se
trate, ni la  edad de los participantes; apunta a convertir al individuo en un "ser social", es decir,
alguien capaz de integrarse al sistema social ejerciendo los roles que le competen.  “El proceso de
socialización  tiene  por  objeto  lograr  la  incorporación  de  los  sujetos  para  la  participación  social,
pero ésta no es simple o total, ya que los hombres no pueden conocer la realidad toda. Esto es
imposible, por ende, la presentación que se hace de la sociedad y la cultura a los niños termina
siendo una traducción de la misma, una visión parcial, porque, sólo es “la parte” de la realidad que
conoce como propia el grupo al que pertenece su familia.” (Gutiérrez, 2011)
Gracias a la socialización, el conjunto de pautas que regulan la vida colectiva (cultura) se
convierte en un conjunto de  disposiciones interiores que llevan al individuo a actuar de acuerdo a
las expectativas definidas por la sociedad. Así, la socialización desempeña, en el nivel simbólico, el
papel que la procreación cumple a nivel biológico.
Técnicamente,  es  un  proceso  de  "inducción"  amplia  y  coherente  del  individuo  en  las
pautas de la vida social (Berger y Luckmann, 1968), que tiene las siguientes características:
• Es permanente y continuo, se lleva a cabo cada vez que interactuamos con otros,
cualquiera  sea  el  contexto  social  de  que  se  trate.  A  medida  que  el  individuo  crece,  se
amplían sus ámbitos de participación social, y con ello, su aprendizaje de roles.
• No es intencional, se produce de manera tácita, no hay alguien que se proponga
enseñar y otro que busque aprender algo. Como todo proceso latente, la socialización actúa
de  manera  silenciosa  al  nivel  más  profundo  de  la  conciencia  de  cada  uno  de  nosotros,
generalmente sin que seamos conscientes de ello.
• Apunta a la formación de hábitos de conducta social, para lo cual es necesario que
la  estructura  de  relaciones  sea  duradera  y  se  desarrolle  en  contextos  relativamente
estables.  Esto  permite  que  entre  los  participantes  se  generen  expectativas  y  pautas  de
conducta compartidas, que luego se convierten en hábitos sociales, en rutinas, es decir, en
maneras casi automáticas e irreflexivas de hacer las cosas.
1.1 Socialización primaria
Problemática educativa
Por  las  condiciones  en  que  se  produce,  la  etapa  de  la  socialización  primaria  tiene  una
relevancia  de  primer  orden  en  la  vida  del  individuo.  Las  pautas,  las  normas,  los  hábitos  de
conducta que se incorporan en esta etapa se fijan de una manera particular en la conciencia del
sujeto.
En esta etapa, el papel de la familia es fundamental, porque es, en la mayoría de los casos,
la  estructura  social  próxima  con  que  se  encuentra  el  niño  al  nacer.  Pero  la  familia  no  opera
aisladamente, está situada en un mundo social objetivo, una estructura social más amplia por la
cual el niño debe incorporarse.
Entre sus principales características tenemos las siguientes:
•  El  mundo  social  es mediatizado  para  el  niño  por  las  personas  encargadas  de  su
cuidado directo (los "otros significantes"). El niño experimenta el mundo tal como los "otros
significantes" se lo presentan, tal como ellos lo ven; esto depende de la posición que ocupan
dentro de la estructura social y también de sus idiosincrasias individuales, biográficamente
arraigadas.
• Comporta una gran carga emocional, porque supone una adhesión emocional del
niño a los "otros significantes" y una verdadera identificación con ellos, a partir de lo cual se
identifica a sí mismo. Cuando el niño ingresa a la escuela, tiene ya una perspectiva sobre sí
mismo, producto de lo que los adultos le inculcaron, intencionalmente o no.
•  El  niño  no  tiene  ninguna  posibilidad  de  elegir  a  sus  "otros  significantes",  debe
aceptar  los  que  le  tocaron,  tal  como  ellos  son  y  también  aceptar  las  reglas  de  juego  que
imponen los adultos.
•  El  lenguaje  adquiere  una  importancia  de  primer  orden.  Gracias  a  él,  el  niño
incorpora  (hace  propias)  las  definiciones  de  la  realidad  que  se  han  institucionalizado,  y
aprende los rudimentos del aparato legitimador, es decir, por qué las cosas son lo que son y
por qué hay que comportarse de una manera y no de otra.
“En  este  proceso  incorpora  los  símbolos  de  nuestra  realidad  socio-cultural,  van
conformando una red de significaciones que se imponen a los sujetos y de la cual es casi imposible
abstraerse,  ya  que  se  aprenden  en  ese  mismo  proceso  por  el  cual  la  familia  presenta  al  nuevo
integrante  del  grupo  social.  Esa  red  de  significaciones  es  lo  que  se  conoce  como  UNIVERSO
IMAGINARIO  formada  por  todas  las  representaciones  sociales  que  incluye  la  pertenencia  en  un
determinado grupo social, familiar y con su particular percepción de la cultura.
Ahora bien, los símbolos no producen las mismas imágenes en todos los sujetos, cada uno
atribuye a la imagen que se crea del símbolo, sentimientos, deseos, miedos particulares, según su
subjetividad, su historia de vida ligada al lugar que ocupa en la estructura social, y esto actuara
como un determinante en las relaciones interpersonales, ej.: frente a un docente me relaciono con
él de una manera, si es un doctor, de otra, si es la hija del jefe de otra, si es varón.... etc. “


1.2 Socialización secundaria
El  proceso  de  socialización  secundaria  comienza  cuando  el  niño  ha  logrado  abstraer  los
roles y actitudes concretas del otro significante y ha conseguido convertirlas en roles y actitudes
en general; ya no se trata de responder a las demandas de un otro significante concreto, sino a las
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demandas de un otro abstracto y general: la sociedad ("mi papá me manda a hacer los deberes" se
transforma en "hay que hacer los deberes").
El paso decisivo se produce cuando el niño reconoce que todos exigen de él determinadas
conductas en ciertas circunstancias, y la norma se generaliza como  "Uno debe hacer...",  en la que
"uno"  es  él  mismo  como  parte  de  la  generalidad  que  incluye,  en  principio,  todo  aquello  de  la
sociedad  que  resulta  significativo  para  el  niño.  Berger  y  Luckmann  (1968)  lo  definen  como  la
adquisición  del  conocimiento  específico  de  roles,  estando  éstos  directa  o  indirectamente
arraigados  en  la  división  del  trabajo.  Este  proceso  consiste  en  la  internalización  de  submundos
institucionales  o  basados  sobre  instituciones.  El  alcance  y  las  características  de  la  socialización
secundaria  dependen  de  la  complejidad  de  la  división  del  trabajo  y  la  distribución  del
conocimiento especializado.
A esta altura, ya es miembro efectivo de la sociedad y está en posesión subjetiva de un Yo
y  un  mundo.  Al  mismo  tiempo  que  se  produce  el  establecimiento  subjetivo  de  una  realidad
coherente y continua (la sociedad), se cristaliza, la identidad de la persona con la internalización
del lenguaje. Éste constituye el contenido más importante y el instrumento por excelencia de la
socialización, en cualquiera de sus etapas.
La  escuela  es  una  agencia  de  socialización  secundaria,  lo  mismo  que  las  estructuras
laborales  y  otras  organizaciones  dedicadas  a  actividades  especializadas,  para  desempeñarse  en
ellas  se  requiere  el  aprendizaje  de  los  roles  específicos,  lo  cual  implica,  por  una  parte,  la
adquisición  los  conocimientos  técnicos,  habilidades,  destrezas  y  competencias  específicas, y  por
otra, el conocimiento y aceptación de las reglas de conducta que rigen la actividad de que se trate.
Al  incorporar  estos  significados,  se  adquieren  también  vocabularios  específicos  “que  se
corresponden específicamente  con los roles que debe cumplir, ej.: en la escuela, su rol  es el de
alumno e internaliza los  significados que tiene para el colectivo docente este rol y las relaciones
posibles  que  en  ocasiones  se  contrapone  con  los  significados  adquiridos  en  la  socialización
primaria” (Gutiérrez, 2011)


1.3 Lenguaje y comunicación1:
El lenguaje es una de esas prácticas sociales que se construyen cara a cara, por esto puede
decirse  que  sujeta  (2)  al  niño  con  palabras  porque  cuando  nace,  lo  hace  en  un  mundo  ya
nombrado  por  la  sociedad  e  interpretado  según  las  significaciones  que  cada  familia  logró
construir.
Es  una  construcción  arbitraria,  convencional,  histórica  y  contextual,  ya  que  no  me
comunico  igual  en  la  iglesia  que  en  el bar,  con  un  docente  o  una  compañera  de  baile,  su  uso
posibilita  que  se  “constituyan  campos  semánticos  o  zonas  de  significados  lingüísticos
circunscriptos” (3) por ej.: el “vos”, “tú” y “Ud.” no se usan por capricho, implica el conocimiento
de la situación social y los límites que conlleva la misma, o sea, permite que el sujeto se ubique en
la situación y se maneje apropiadamente.
1 Este apartado es tomado del material bibliográfico de la cátedra Problemática Educativa elaborado por la prof.
Gutiérrez, María Rosa.
2Sujeta en un doble sentido: lo transforma en Hombre perteneciente a un grupo, pero también lo “ata”
3Berger y Luckmann, 2006. Pág. 58
Problemática educativa
También  identifica  a  los  que  forman  parte  de  un  grupo  o  comunidad  específica  y  ahí
cumple una función indispensable: sirve como "palabra de pase".
Pero el lenguaje, no es el mismo para todos los hombres, porque va a depender del tipo de
relaciones con los “otros significantes”, del desarrollo alcanzado por la educación de la familia así
como del lugar que ocupan en la estructura social y económica de la sociedad y de las prácticas
habituales de nuestro entorno.
Basil  Bernstein  (4)  explica  las  diferencias  en  el  habla,  con  el  concepto  de  “códigos
lingüísticos”. Al analizar “los sistemas simbólicos”, “la estructura social” y “la configuración de la
experiencia” encuentra que están profundamente ligados. Y es la forma del habla, la que condensa
y relaciona estos tres aspectos, de manera más general, el habla es una cualidad de la estructura
social.  “Es  indudable,  desde  un  punto  de  vista  sociológico,  que  la  clase  social  determina  muy
profundamente las formas de socialización. La estructura de clases influye en el trabajo y en los
roles  educativos,  controla  las  relaciones  que  las  familias  pueden  tener  entre  ellas  y  penetra  de
manera profunda la experiencia social inicial, adquirida en la familia”. (Bernstein)5
El concepto de “código lingüístico”    refiere a “la estructuración social de los significados”
que surge del entramado de las relaciones sociales y al rol que ocupan las familias, que controla la
organización  de  significados  específicos,  así  como  las  condiciones  de  uso  y  transmisión  de  los
significados.  Se  puede  distinguir  entre  “Código  lingüístico  elaborado”  y  “código  lingüístico
restringido”
a)  El  código  restringido  presenta  una  organización  en  su  estructura  que
puede  ser  adivinada  según  su  relación  con  el  contexto;  usa  numerosas  frases  cortas,
simples  y  muchas  veces  inacabadas,  usa  los  adjetivos,  conjunciones  y  adverbios  más
comunes. Es común el  uso de frases ya hechas. Un tipo de habla elemental, descriptivo,
concreto y altamente dependiente del contexto, por eso puede decirse que es predecible.
b)  El código elaborado no puede predecirse en tanto se aparta de su relación
explicita con el contexto, recurre a una amplia gama de medios formales de la gramática,
usa una sintaxis precisa, tiene una mayor selección de adjetivos, adverbios.
Con un código elaborado, el sujeto socializado accede más fácilmente a la comprensión de
los principios que inspiran su socialización y puede, de esta manera, efectuar una reflexión sobre
el orden social que le ha sido transmitido. En el caso de los códigos restringidos, el sujeto
socializado toma menos conciencia de los fundamentos de su socialización, y las posibilidades de
reflexión son más limitadas. La teoría de Bernstein, conocida en términos generales como la teoría
del código, es una propuesta elaborada para describir y explicar el proceso de transmisión,
reproducción y transformación de la cultura.
La distinción entre los códigos elaborados y restringidos no es simple, teniendo en cuenta
que los significados, así como el lenguaje usado, puede variar según el tipo de familia, según las
relaciones entre los miembros, el ordenamiento simbólico del espacio físico que habitan, los roles
4 Bernstein, Basil: ( 1924 - 2000) sociólogo y lingüista británico. Sus aportes se orientan al desarrollo de una teoría
sociológica de la educación, inspirada en los trabajos de Durkheim, Weber, Marx y de los pensadores del estructuralismo.
5 Bernstein: Tomado de Clas, Codes and Control, Vol.I Theoretical Studies Towards a Socioiogy of Language. London:
R.K.P. y traducido con permiso del autor por Mario Díaz.
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en cada una, etc.
Se  hace  hincapié  en  describir  cómo  el  sistema  de  clases  actúa  sobre  la  estructura  de  la
comunicación desde la significación que otorga a toda la experiencia de la persona desde que se
inicia el proceso de socialización y que, el lenguaje que se habla no debe reducirse a sus aspectos
lingüísticos.
La comunicación:
La definición más sencilla de comunicación la reconoce como un acto por el que un sujeto
transmite un mensaje a otro, y en este acto se puede analizar dos cuestiones fundamentales, por
un lado, el mensaje no puede ser, necesariamente, a través del lenguaje oral o escrito, y por otro
lado,  la  comprensión  del  mensaje  no  siempre  se  da  porque  interviene  la  propia  percepción  e
interpretación del mundo, de la vida y de la realidad de cada uno de los sujetos intervinientes, así
como la posibilidad de comprender lo que se comunica, ej.: no sólo porque escuche lo que se dijo,
me  comunico.  La  comunicación  es  social  y  es  un  proceso,  como  tal  está  sujeto  a  las
interpretaciones que los hombres hacen de la realidad en que viven, porque lo que se comunica es
la  realidad  que  se  conoce  y  lo  real  es  lo  que  se  construye  en  el  grupo  social  en  el  que  se  está
inserto,
Los  primeros  estudios  que  se  realizaron  acerca  del  proceso  de  la  comunicación  se
centraron en el esquema realizado en 1948 por el matemático estadounidense, Claude Shannon,
que trabajaba en una compañía de teléfonos y su preocupación se centraba en la eficiencia de la
transmisión, preocupado más por alcanzar mayor velocidad en la señal, reducir las interferencias,
etc. El esquema realizado fue divulgado y alcanzó popularidad, sin embargo, Juan Pintos, aclara
que: “Se generó así un gran equívoco que confundió una teoría de la  señal  con una teoría de la
comunicación. Equívoco, en parte, propiciado por el mismo autor que no consideraba relevante
para su teoría la cuestión del significado del mensaje y sus variaciones.” (6)
El esquema presentado por Shannon era:
EMISOR  MENSAJE  RECEPTOR
El esquema era lineal,  unidireccional y prevaleció durante la 2° mitad del siglo XX en los
estudios  acerca  de  la  comunicación,  sin  distinguir,  si  el  gráfico  representa  el  proceso  de  la
comunicación o la teoría del funcionamiento de la señal. Esta confusión generó el análisis respecto
que  una  persona  pueda  tener  una  buena  “señal”  y  otra  muy  distinta  es  que  el  contenido  del
mensaje  tenga  sentido  para  él.  Esto  lleva  a  pensar  que  el  problema  de  la  comunicación  no  se
encuentra contenido en ese gráfico sino en la significación.
La  significación  se  alcanza  luego  de  un  proceso,  en  el  que  la  familia  transmite  los
significados y sentidos que ellos mismos han asumido como tales. Ese proceso se logra a través de
la  observación  de  lo  que  se  vive,  de  la  participación en  lo  que  se  hace,  por  las  palabras  usadas
mientras se hace y se vive, eso es lo que da el sentido. Así, el lenguaje o código usado en el medio
más cercano al sujeto es la herramienta que favorece el conocimiento de la realidad.
El mensaje:
6 PINTOS, Juan Luis. (2005). Comunicación, construcción de la realidad e imaginarios sociales. Utopía y Praxis
Latinoamericana. vol.10, no.29  
Problemática educativa
Todo mensaje tiene una intención y  predispone a pensar de un modo particular, impone
una perspectiva desde la que se mira y una actitud hacia lo que se mira, por esto mismo, puede
decirse que no es algo abstracto e independiente o neutral. El mensaje en sí puede ser trivial o
frívolo  pero  tanto  el  que  transmite  como  el  que  escucha  lo  hacen  desde  una  particular  visión,
interés o necesidad.
El mensaje se encarna en un  discurso, que es un conjunto de forma y contenido que se
presenta secuencialmente en una determinada configuración. No es sólo lo que se dice o escucha,
sino también lo que se ve de la realidad social, o lo que se percibe de los hombres con los que se
interactúa, ya que el lenguaje viene acompañado de gestos que aumentan, cambian o    minimizan
la  interpretación  que  se  puede  hacer  del  mensaje.  Los  gestos,  miradas,  también  logran  una
comunicación efectiva. Ej. : una persona habla por teléfono con otra; ninguna puede ver los gestos
que hacen mientras hablan y esos gestos le agregan sentido, o lo cambian totalmente.
Cuando  se  construye  un  discurso,  entran  en  juego  tres  operaciones  discursivas  básicas:
selección,  exclusión  y  combinación  (7),  se  selecciona  las  ideas  que  se  quiere  transmitir  como
también las palabras que se usarán, al mismo tiempo, y en una relación por ausencia, se omite
algunas  ideas  o  palabras,  y se  combina  cuando  se las  presenta.  Ej.  :  ésta  cátedra  al  hacer  la
presentación de su propuesta, usa  las tres operaciones, ya que selecciona algunos contenidos que
se dictarán, no sólo temas, sino autores;   por lo mismo, se omiten otros que no se estudiarán y se
los  combina  en  una  secuencia  no  sólo  lógica,  sino  también  significativa  para  los  docentes  y
alumnos. La clave en el proceso de construcción discursiva, es la dimensión ideológica y ésta exige
la explicitación de las condiciones de producción del discurso,  es decir,  desde qué  lugar se habla,
porqué  se realizan tales selecciones y no otras, etc. Cuando se oculta esta dimensión, se produce
no  sólo  la  naturalización  del  discurso,  sino  también  la  manipulación  por  la  imposición  de  quien
comunica.
2. Educación como discurso pedagógico:
La idea de discurso implica una mirada más amplia que la lingüística, en la que se articulan
corrientes  filosóficas  y  teorías  políticas  post-marxista,  desde  el  psicoanálisis  de  Lacan  y  la
lingüística post-estructuralista de Derrida. La tesis principal reconoce el carácter discursivo de los
objetos y de toda configuración social, existen físicamente pero son inteligibles por la significación
que tienen para el grupo social. Agregan que la capacidad de significar involucra a diversos tipos
de actos, objetos, relaciones y medios que evoquen un concepto o idea. De ahí que, al expresar el
análisis  del  discurso  pedagógico,  se  refiere  a  todo  acto,  forma,  relaciones,  normas  en  el  campo
educativo específico.8
La función específica de las escuelas es la transmisión organizada, regular y sistemática de
un  conjunto  de  significados  que  se  consideran  relevantes  para  la  sociedad.  Aquí,  la  idea  de
significados relevantes es amplia; comprende tanto conocimientos, nociones técnicas, habilidades
y destrezas, como normas, valores, principios, etc.  En  términos de Bernstein (1993), los primeros
constituyen  los  componentes  instruccionales  y  los  segundos,  los  componentes  regulativos  del
discurso pedagógico de la escuela.
7 Verón, Eliseo: Ideología y comunicación de masas: La semantización de la violencia política. Publicado en VV.AA.
Lenguaje y comunicación social, Nueva Visión, Buenos Aires, 1971.
8 Tomado de Buenfil Burgos, Rosa Nidia (1991) Conferencia dictada en la Universidad de Guadalajara. México.


Problemática educativa

El concepto de educación tiene un significado más amplio que el de socialización, se asocia
a  la  idea  de  "formación",  de  dar  forma  o  moldear  una  personalidad  de  acuerdo  a  valores  y
principios.  En  términos  de  Bernstein,  ese  "dar  forma"  implica  crear  en  el  alumno  "principios
reguladores de la conducta".
En virtud de la finalidad que debe cumplir, el proceso educativo que se desarrolla en las
escuelas tiene, entre sus principales características, las siguientes:
•  Es  un  proceso  intencional  y  deliberado,  persigue  fines  y  objetivos  concretos
previamente establecidos, que responden a una concepción de lo que es necesario inculcar
y del resultado que se quiere lograr. Estos fines y objetivos son los que orientan la selección
de  los  contenidos  a  transmitir,  la  forma  en  que  serán  transmitidos  y  la  totalidad  de  las
prácticas propias de la institución (distribución de tiempos y espacios; asignación de  tareas;
forma en que se toman las decisiones; criterios para definir la jerarquía de los actores y de
las  disciplinas,  para  la  admisión  de  los  alumnos,  para  la  selección  del  personal,  para  la
asignación de premios y castigos, etc.
• Es llevado a cabo por un educador, un agente social preparado  para ello, que está
legitimado institucionalmente para ejercer la acción educativa. Un educando es un agente
social que, voluntariamente u obligado por la ley,  busca adquirir lo que transmite la escuela
y debe rendir cuenta de esa adquisición para obtener la acreditación de sus aprendizajes.
• Supone un tipo de relación social particular entre el educador y el educando, la
relación  pedagógica,  es  esencialmente  asimétrica.  Esta  asimetría  se  funda  en  lo  que  el
docente sabe y en la legitimidad que le otorga la institución para transmitir ese saber.
•  Otra  condición  decisiva  para  que  la  acción  educativa  sea  eficaz  es  que  ésta  se
desarrolle en un contexto de orden y estabilidad (Berger y Luckmann, 1968), de lo contrario,
al  alumno  no  sólo  le  resultará  difícil  inferir  cuáles  son  las  reglas  implícitas  que  rigen  los
comportamientos en la escuela (los principios reguladores de la conducta de los que habla
Bemstein), sino que tampoco logrará formar los hábitos que resultan imprescindibles para el
desarrollo de los procesos de enseñanza y de aprendizaje.
En síntesis, desde la perspectiva sociológica, el proceso educativo formal consiste en un
complejo  "dispositivo"  de  transmisión  de  significados,  plasmados  en  un  discurso  pedagógico
(instruccional  y  regulativo),  que  actúan  sobre  la  conciencia  del  sujeto  y  lo  llevan  a  posicionarse
frente al mundo de un modo determinado. Vista desde esta perspectiva, la educación constituye
un  poderoso  instrumento  de  control  social,  porque  el  lenguaje  usado  en  la  comunicación
educativa,  podrá  ser  entendido  por  quienes  comparten  la  posición  social  de  quien  enuncia  el
mensaje, pero también importan el resto de los actores sociales de la escuela y todas las prácticas
que tienen lugar en ella, dentro y fuera del aula.
En el discurso pedagógico, el docente, como enunciador  del mensaje, puede presentarse
como el poseedor de la verdad,  el que tiene la razón y un poder incuestionable y  así se  define la
relación con el otro poniéndolo en el lugar del que no sabe, del que debe obedecer. Por esto es
necesario  analizar  el  discurso  que  se  da  en  las  escuelas,  porque  en  la  comunicación  que  se
establece pueden enmascararse tensiones, conflictos, etc.
El  Discurso  Pedagógico 
iene  reglas  que  según  Basil  Bernstein  permiten  entender  el
Problemática educativa
funcionamiento del mismo:
1.  Reglas  distributivas:  son  las  que  operan  en  la  selección  y  distribución  de
conocimientos,  conciencia  y  prácticas,  ej.:  los  varones  aprenden  computación,  las
mujeres, cocina. En base a esta regla, se maneja y controla lo que se puede conocer y lo
que no.
2.  Reglas  de  recontextualización:  regula  la  formación  y  límites  del  discurso
pedagógico  legítimo,  lo  que  se  decide   o  elige.  Esta  regla  también  se  relaciona  con  la
dimensión  ideológica,  ya  que  lo  que  se  elige,  no  se  lo  hace  "porque  sí".  Tiene  una
función importante en la creación de autonomía, frente al discurso pedagógico oficial,
se  coloca  el  discurso  de  pedagogos  y  educadores  y  por  medio  de  las  oposiciones  y
resistencias,  hasta  pueden  lograr  cierta  autonomía  tanto  en  el  discurso  como  en  las
prácticas pedagógicas.
3.   Reglas  de  evaluación:  toda  práctica  educativa  exige  una  evaluación,  o
control de logros, por ello transmite los criterios y juzga los resultados que deben ser
coherentes con el resto de las decisiones.

BIBLIOGRAFIA:

Brígido,  Ana María (2011)  “La perspectiva sociológica sobre la educación”,  capítulo 1  del
libro de “Gestión directiva, evaluación de los aprendizajes y rendimiento escolar. Un estudio sobre
el primer ciclo de la escuela secundaria”. Ed. Hispania
Gutiérrez, María Rosa (2011)”El discurso pedagógico” ficha de cátedra preparado para uso
exclusivo de los estudiantes de Problemática Educativa.

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